Golondrina, todos los días, sin faltar uno, recuérdame la primavera
y ayúdame a rezar, cada mañana, la hermosa letanía de la Esperanza.
Con dolor o tristeza,
creo en tí, primavera.
Con la frente en el suelo, o la amargura en los labios,
creo en tí, primavera.
Con la vida que apenas luce más que una vela muy corta,
creo en tí, primavera.
Tentado contra el Amor o la Esperanza,
creo en tí, primavera.
Ahora, mañana y siempre,
creo en el Dios que nos regaló la primavera
y que nos hizo posibles primaveras.