Que Lolo está más que preocupado por Cástulo lo demuestra cuando escribe, y no es por primera vez, de la situación por la que pasaba aquella zona arqueológica más que rica que tanto expolio había sufrido.

Que Lolo está más que preocupado por Cástulo lo demuestra cuando escribe, y no es por primera vez, de la situación por la que pasaba aquella zona arqueológica más que rica que tanto expolio había sufrido.
Manuel Lozano Garrido ‘Lolo’ nos explica forma muy sencilla, en el reverso de una entrada para una obra de teatro benéfica, quién es el prójimo y cómo amarlo.
Conocer la historia es algo así como saber qué somos y de dónde venimos. Y eso es lo que hace Manuel Lozano Garrido con la gran “Cástulo” a la que profesa una gran admiración pero, a la vez, siente tristeza porque hasta entonces no se hubieran recuperado el esplendor de lo que fue.
Resulta del todo maravilloso que de una noticia como es, por ejemplo, la aparición de la primera nevada haya alguien que, como Lolo, sea capaz de llevarlo hasta el plano espiritual sin solución de continuidad siquiera…
Pocos meses antes, Manuel Lozano Garrido escribía sobre el historiador linarense D. Federico Ramírez. Pero no fue suficiente como para que la publicación de la historia que escribió en 1860 sobre Linares fuera publicada. Ahora insiste, ya, sobre su persona en busca de tal publicación.
La historia de un pueblo es, para sus habitantes, algo así como conocer lo que fue para tratar de no repetir los errores o hacer lo propio con los aciertos habidos. Y Lolo está más que preocupado con la de su pueblo, Linares.
Manuel Lozano Garrido tenía una gran admiración por Pablo Ramírez. Así, tanto como amigo, primero, como por escritor e ilustrador de la infancia-juventud, sabía que ocupaba un lugar muy alto en el mundo de la ilustración y la literatura infantil y juvenil.
El Urbanismo pueda parecer, a veces lo es, un tema muy árido. Sin embargo, cuando se escribe sobre el mismo con perspectiva de esperanza pasa a ser un tema más que interesante.
Nosotros, con el paso de los años que han ido quedando atrás desde que pasara lo que Lolo dice que pasó un cuatro de noviembre de 1957, estamos seguros que Don Bartolomé Torres Quirós era una persona querida, un sacerdote que supo serlo y gozó, además, con serlo.
Cuando el mundo, una específica consideración de mundo, empieza a desmoronarse por efectos de los males que se extienden entre los hombres, la imagen de la Virgen María abraza con su corazón a todos sus hijos y procura el bien de todos aunque no todo lo entiendan.
Saber lo que el creyente de los más diversos órdenes entiende por Eucaristía y por la importancia que la misma tiene en su vida y, en general, en la sociedad, no es poca cosa. Por eso Lolo entrevista a quien podría ser ejemplo de la sociedad de su tiempo.
La realidad artística del Linares de los años 50 del siglo pasado la revisa Lolo en más de una ocasión. Y ahora, con el escultor que, con Paco Baños – pintor- dejaron una huella imperecedera en su ciudad natal.