No es la única vez que Lolo hace una encuesta sobre temas espirituales. Y es que al Beato de Linares le interesa mucho saber el pensamiento de tipos de personas distintos sobre temas que, en suma, les son comunes.

No es la única vez que Lolo hace una encuesta sobre temas espirituales. Y es que al Beato de Linares le interesa mucho saber el pensamiento de tipos de personas distintos sobre temas que, en suma, les son comunes.
Nada mejor, para Manuel Lozano Garrido, Lolo, que referirse a la montaña con la que tanto gozó a lo largo de su vida por ser lugar de encuentro y, a la vez, de sosiego para su corazón.
Está más que bien que Manuel Lozano Garrido entreviste a José María Pérez Lozano pues entre amigos anda la cosa y eso siempre provoca una confianza que puede llevar la entrevista por mejores caminos y más cercanos a la realidad de las cosas.
Es una verdadera maravilla que haya una pluma como la de Manuel Lozano Garrido que sepa delinear, paso a paso, el nacimiento de un desastre a todos los niveles que fue la II República.
Es cierto y verdad que Manuel Lozano Garrido escribe sobre la constitución de la Acción Católica juvenil de Linares en primera persona. Y es por eso que sus palabras llegan tan dentro del corazón de quien las lee: porque son exacta y pura verdad.
Es verdad que, como en todo los lugares, también en el pueblo de Lolo había problemas para los que él, sin embargo, veía solución. Y es que no se trata de criticar por criticar sino de aportar lo que uno sabe.
Cuando se aprecia un problema social que, en este caso, era grave, nada mejor que instar a la mayoría a poner su granito de arena para tratar de solucionar. Y, entonces, con la voluntad necesaria, es más que probable que sea algo que ya pasó.
Siempre está bien recordar un momento tan crucial de la historia de la salvación en el que viene al mundo el Hijo de Dios para que el mundo se salve, eso sí, a costa de su propia vida.
Aquellos pastores que, en cuanto escucharon el mensaje del Ángel acudieron a Belén no querían perder al Niño a quien habían visto y adoraban. Y querían que permaneciera siempre con ellos y eso fue lo que debió suceder en sus corazones.
Contemplar la Navidad desde el punto de vista de Aquel que vino al mundo a salvar al mundo y que era un Niño, así, indefenso, nos permite ver la verdad de lo que, desde entonces, ha ocurrido.
Resulta de lo más alentador conocer que, lo mismo que en el cielo hay estrellas a millares y de tanto en tanto alguna nueva se descubre, no somos menos los hijos de Dios si somos conscientes que lo somos.
Ciertamente, está más que bien comprender y tener por bueno y mejor que cuando Cristo es llevado en volandas por las calles de nuestros pueblos, lo hace para que recordemos que un día fue llevado por otras calles para que nosotros podamos salvarnos.