Está más que bien que alguien que asistió a la Beatificación de Manuel Lozano Garrido nos narre con tanto detalle como fue la misma. Y es que, al fin y al cabo, era la culminación de la vida… de la vida de un Santo.

Está más que bien que alguien que asistió a la Beatificación de Manuel Lozano Garrido nos narre con tanto detalle como fue la misma. Y es que, al fin y al cabo, era la culminación de la vida… de la vida de un Santo.
Algo resulta de suma importancia cuando tiene relación con alguien que es especial como es Manuel Lozano Garrido. Y si se fija la fecha de Beatificación de Lolo, es, en fin, miel sobre hojuelas.
Antes de que Lolo subiera a los altares, digamos, de forma oficial, la exhumación de sus restos tuvo que ser un momento más que emocionante. Y estamos seguros que los que participaron en ella gozarán para siempre con ella.
Cuando una persona ha conocido a Lolo es cierto y verdad que nunca puede olvidar cómo era. Pero conocerlo, por así decirlo, en directo, cuando aún estaba en este mundo, debió ser una gracia de Dios más que importante.
Ya podemos imaginar que visitar a Lolo cuando aún estaba en el mundo debía ser una experiencia para no olvidar nunca. Pero hacerlo durante más de diez años debió dejar, en esta persona, una huella indeleble y gozosa.
Es verdad que a Lolo se le puede conocer de mil y una maneras. Y también a través de un cómic se puede llegar a la sobrenaturalidad de su vida y su existencia.
Está muy bien descubrir labores que Lolo llevó a cabo en una vida que, como la suya, no huía de ninguna y, además, buscaba con ansia de ampliar un alma limpia como la suya.
Amigos de Lolo como Francisco Javier Martín Abril, que conocían muy bien al Beato de Linares, son capaces de escribir sobre su amigo de la forma como lo hace este hombre que, en su poesía, delinea a la perfección a Manuel Lozano Garrido.
No hay nada mejor que un poeta para definir, en un poema, cómo es una persona y hacerlo de forma que te llegue al corazón el cómo de tal persona. Y cuando la persona es alguien que, como Lolo, tiene mucho bien que transmitir, sólo puede salir algo muy bueno.
Abril del año 2000 | Antes de que Manuel Lozano Garrido fuera declarado Beato de la Iglesia Católica tuvo que llevarse a cabo todo un serio y preciso proceso que determinó que, en efecto, merecía tal calificación aquel que, con su intervención, llevó a cabo su primer milagro.
Es verdad lo que nos dice el autor del artículo acerca de que Lolo pudo hacer otra cosa distinta a lo que hizo con su vida. Sin embargo, y en efecto, quiso hacer lo que hizo, pudo hacerlo y lo hizo.
Cuando se conoce a Manuel Lozano Garrido de forma que se pueda decir de Él lo que se dice en este artículo, es señal inequívoca de que le ha calado el Beato en el alma y bien dentro.