Sabida es la fe que se tiene en Linares por la Santísima Virgen de Linarejos y, como es de imaginar, una reforma de la importancia vital como la que se hizo en su Santuario, sólo puede ser considerada como verdaderamente crucial.

Sabida es la fe que se tiene en Linares por la Santísima Virgen de Linarejos y, como es de imaginar, una reforma de la importancia vital como la que se hizo en su Santuario, sólo puede ser considerada como verdaderamente crucial.
Nada mejor, para Manuel Lozano Garrido, Lolo, que referirse a la montaña con la que tanto gozó a lo largo de su vida por ser lugar de encuentro y, a la vez, de sosiego para su corazón.
No podemos negar que el interés de Lolo por la juventud se hace patente cuando se da cuenta de que la perversión de la misma tiene un origen algo más que claro y procura que eso se evite.
Cuando se quiere mucho y más que mucho a la Madre de Dios y, en concreto, en la advocación propia del pueblo de uno… bueno, entonces no es nada extraño que se quiera lo mejor para Ella. Y eso es lo que pasa con la Virgen de Linarejos.
Es cierto y verdad que cuando una juventud está guiada por la fe en Dios Todopoderoso sólo puede dar fruto bueno. Y eso es lo que pasó con la de Acción católica de Linares.
Es una verdadera maravilla que haya una pluma como la de Manuel Lozano Garrido que sepa delinear, paso a paso, el nacimiento de un desastre a todos los niveles que fue la II República.
Es cierto y verdad que Manuel Lozano Garrido escribe sobre la constitución de la Acción Católica juvenil de Linares en primera persona. Y es por eso que sus palabras llegan tan dentro del corazón de quien las lee: porque son exacta y pura verdad.
Es verdad que, como en todo los lugares, también en el pueblo de Lolo había problemas para los que él, sin embargo, veía solución. Y es que no se trata de criticar por criticar sino de aportar lo que uno sabe.
Cuando se aprecia un problema social que, en este caso, era grave, nada mejor que instar a la mayoría a poner su granito de arena para tratar de solucionar. Y, entonces, con la voluntad necesaria, es más que probable que sea algo que ya pasó.
Cuando el matrimonio se vincula a Dios y a su Iglesia, la católica, no es fácil que se puedan entender estas cosas de forma distinta a la que rige la fe que se pone en ello.
El matrimonio es un verdadero Sacramento desde el momento en que fue Dios quien lo ofició en el Paraíso. Por eso no debemos desvincular el mismo de lo que eso significa.
La expectativa de matrimonio es el cauce por el cual circula el agua de la vida y, llevado todo a Dios, es el ejemplo perfecto de la Voluntad del Padre y de la confianza que tiene en su criatura.