Cuando Lolo escribe acerca de un escritor y de su libro lo hace, precisamente, porque también él lo es. Pero tiene la buena costumbre, muchas veces, de escribir sobre uno y otro que conoce y eso hace notar una cercanía muy agradecer a sus lectores.

Cuando Lolo escribe acerca de un escritor y de su libro lo hace, precisamente, porque también él lo es. Pero tiene la buena costumbre, muchas veces, de escribir sobre uno y otro que conoce y eso hace notar una cercanía muy agradecer a sus lectores.
En algunas ocasiones el salario no es más que un medio de entrar en temas de naturaleza superior que es lo que hace Manuel Lozano Garrido sirviéndose, precisamente, de tal realidad económica.
No era poco importante, y lo sigue siendo, la enfermedad de la silicosis que se ceba con aquellas personas que trabajan en la mina. Y, en especial, en Linares, en tiempos de Lolo, era un problema más que grave. Por eso, el intento de mejorar la situación de los mineros era tan bien recibido.
Ni en la época de Lolo ni ahora mismo se desconocen los accidentes laborales con la terrible carga personal y familiar que conllevan. Pero lo que no siempre pasa es que un periodista sea capaz de relacionar los mismos con la entrega vital que hizo Cristo de su existencia.
Nada mejor que alguien que, estando junto a una profesión tan difícil como es la de minero, sea capaz de escribir sobre ella sin temblarle el pulso por aquello que pueda decir. Y eso es lo que, según Lolo, hizo el P. Antonio Castro.
Hablar de la mina le produce a Lolo un dolor grande. Y es que se da cuenta de la situación de sus trabajadores y de la indefensión que padecen.
Cuando se dice que los caminos de Dios son, por decirlo así, difíciles de conocer porque sólo los conoce Él, expresamos que, de todas formas, nos debemos a su Providencia. Y siempre nos sorprende.
El amor, cuando se da al mundo de forma abundante como el caso de los religiosos de clausura, sólo puede ser bien visto por Dios.