Cuando el hombre quiso servirse de la bomba atómica para terminar de forma rápida y radical con la II Guerra Mundial abrió la caja de Pandora. Y es que muchas consecuencias tiene aquello que, hasta hoy mismo, venimos pagando.

Cuando el hombre quiso servirse de la bomba atómica para terminar de forma rápida y radical con la II Guerra Mundial abrió la caja de Pandora. Y es que muchas consecuencias tiene aquello que, hasta hoy mismo, venimos pagando.
La situación de la minería en Linares, ciudad donde era la actividad primordial, no era, precisamente, de las mejores si hablamos de los trabajadores de la mina. Y poner sobre la mesa tal realidad era, sin duda, un acto de valentía.
A veces podemos pensar que las personas enfermas sólo son eso… personas enfermas. Sin embargo, Lolo nos muestra que la labor principal de su “gremio” es procurarnos cierto grado de salvación con su dolor y esperanza.
Verdaderamente, hay que tener un cierto conocimiento del tema de los virus como para escribir con tanta calma y tan bien del mismo como lo hace Manuel Lozano Garrido. Y es que algo tan complejo como el mismo se puede convertir en verdaderamente accesible.
No era poco importante, y lo sigue siendo, la enfermedad de la silicosis que se ceba con aquellas personas que trabajan en la mina. Y, en especial, en Linares, en tiempos de Lolo, era un problema más que grave. Por eso, el intento de mejorar la situación de los mineros era tan bien recibido.
Hablar de la mina le produce a Lolo un dolor grande. Y es que se da cuenta de la situación de sus trabajadores y de la indefensión que padecen.
Hay personas que, en su tiempo, pareciera que están adelantadas al mismo y ven venir lo que para otros es, sólo, imaginación y quimera.
Este artículo lo escribe Lolo después de la muerte de Pablo Ramírez, otro linarense universal y quien supo mantener su espíritu de niño a lo largo de su vida de adulto en su obra literaria y gráfica.