Ciertamente, al preguntar sobre el momento de la muerte, cada cual entiende lo mejor el mismo pero, en realidad, no hay quien sepa qué será entonces.

Ciertamente, al preguntar sobre el momento de la muerte, cada cual entiende lo mejor el mismo pero, en realidad, no hay quien sepa qué será entonces.
Dirigirse a la Virgen María atribuyéndole ciertas verdades que no siempre son evidentes, es muestra de un amor que ha arraigado más que bien en el corazón.
Ciertamente, del Árbol, así con mayúscula, de la pobreza bien entendida nace una entrega tan especial como es la de las religiosas de clausura; sus frutos, el amor.
Ciertamente, cuanto alguien tiene fe y la tiene arraigada en su corazón, es más que cierto que obtendrá frutos de la misma o alguien los obtendrá.
Hace pocos días, el Santo Padre Francisco ha dado a luz una Carta Apostólica relativa a San José de título “Patris...
Por mucho tiempo que haya pasado desde aquel Nazaret donde una joven iba a hacerse cargo de la salvación del mundo, su intervención debe ser reclamada, por nuestro bien total.
Cuando Dios crea al hombre, Adán, pone en su corazón el gozo de saberse especialmente hecho por el Creador. Y la Creación, toda ella, fue puesta a disposición de su primera eternidad.
Somos hermanos con Cristo; y lo somos hasta cargar con nuestra cruz o cruces, y nuestra humanidad se siente recompensada sabiendo que camina junto al Hijo de Dios.