Nada mejor que reconocerse a uno mismo y saber cómo se es y en qué circunstancia se está. Y lo mejor de todo es si de eso se hacer oración y se ofrece por santas intenciones. Entonces es, como se dice en la Biblia, miel sobre hojuelas.

Nada mejor que reconocerse a uno mismo y saber cómo se es y en qué circunstancia se está. Y lo mejor de todo es si de eso se hacer oración y se ofrece por santas intenciones. Entonces es, como se dice en la Biblia, miel sobre hojuelas.
En este diario de Lolo del otoño de aquel año, 1962, se hace notar que, muy a pesar de llevar un año sin su sentido de la vista, ha agudizado mucho los que lleva en el corazón, el amor y la fe.
.
Es cierto y verdad que casi todas las personas pasan por algún momento de su vida en el que un hospital es su casa. Pero eso, sabiendo que la propia cama puede ser de oración y el dolor de acercamiento al mundo, es mucho más llevadero.
Es seguro que un tipo de entrevistas muy especiales de las que hace Lolo son a los hombres que han tomado el camino hacia Dios aceptando una llamada del Padre en cualquiera de sus formas y han acabado siendo sacerdotes., nada más y nada menos que sacerdotes.
Ciertamente, el sufrimiento pesa en la vida de las personas de forma proporcional a lo que el mismo es y supone. Sin embargo, y según podemos leer en este artículo de Lolo, tiene mucha más importancia lo que es, sencillamente, la fe y la esperanza..
Jueves, Viernes y Sábado. Pero no tres días cualquiera de cualquier semana sino los que corresponden a la Semana Santa. Y Lolo hace de ellos tres luces desde las que podemos descubrir que siempre ahí está Cristo, a Quien dirigirse.
Conocer hasta las últimas consecuencias el cómo es cada uno viene la mar de bien para saber encarar la propia vida. Y eso es lo que le pasa a Manuel Lozano Garrido que sabe, como nadie, sacarle provecho, incluso, a su padecimiento.
No se puede negar que el silencio en la enfermedad puede parecer como el instrumento del mal. Sin embargo, hay quien, como Lolo, cree que el silencio puede ser un instrumento sobrenatural del cual obtener buen fruto.
La primavera es tiempo de alegría porque la naturaleza nace de nuevo a la luz del mundo. Y Lolo, que conoce muy bien la sensación de vida que eso supone, no puede quedar aletargado sino que, al contrario revive con la sabiduría de quien conoce lo importante que es hacerlo.
En el diario de enfermo que escribe Lolo también es primavera en alguna ocasión. Y cuando llega, es bien cierto que hay muchas cosas que se renuevan como, por ejemplo, su ansia por doblegar a la enfermedad o, al menos, de aceptarla mejor.
Ya podemos imaginar que la Navidad es un tiempo más que especial para alguien que sufre (antes, durante y después) Pero, por eso mismo, es hasta posible que se dulcifiquen momentos dolorosos. Y es que el Niño vuelve a nacer.
La forma de ser de un enfermo dice mucho de cómo se enfrenta a la enfermedad que le hace sufrir. Y el caso de Lolo es el de aquel que, aún conociendo más que bien los caminos físicos por los que transcurre su vida, se aferra a su fuerte corazón que no se arredra ante nada.