El pasado 31 de octubre, UCIP-E falló la VI edición del Premio Lolo de Periodismo Joven. En esta ocasión, el jurado ha concedido el galardón a Cristina Sánchez Aguilar, redactora del semanario Alfa y Omega. Valiosa periodista, y mejor persona, a la que hemos tenido el placer de poder entrevistar esta misma tarde.

¿Qué significa para ti ganar el premio Lolo?

Siempre es una alegría sentirse arropada por los maestros y compañeros de profesión. Pero sin duda, lo mejor de todo, es recibir un premio con el nombre del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Por cierto, que de los primeros actos que cubrí siendo redactora de Alfa y Omega… ¡fue su beatificación en Linares!

El jurado ha valorado especialmente tu compromiso con el periodismo más social. ¿Por qué elegiste dedicarte a este ámbito del periodismo?

Porque creo en la comunicación. Y creo en el periodismo social y humano. No hay nada mejor para que mi vecina de arriba sepa que hay 3.600 niños huérfanos porque sus padres han muerto infectados de ébola en Sierra Leona, que que alguien se lo cuente en un periódico, en la radio o en la televisión. Si queremos que las personas tengan en cuenta a las personas, hay que mostrárselo. Hay que dar a conocer este tipo de noticias, en las que la persona es el centro del interés. Y que genere algo en quien lo escucha.

En tu caso, el periodismo trasciende la comunicación. Porque dice la nota que has promovido diversas acciones en países en vías de desarrollo para ayudar a quienes menos tienen.

Desde que soy pequeña he tenido esa sensibilidad. Ya en el colegio, tendría 14 añitos, iba de voluntaria a un centro de personas con discapacidad, para ayudar en la hora de la merienda. Con 18, me fui a Nicaragua y montamos un comedor social en el que a día de hoy almuerzan 360 niños. Y así sucesivamente, hasta hoy. Y claro, cuando yo me iba a mi casa después de haber hecho aquello, pensaba… tengo que contarlo. Así terminé haciendo periodismo social.

Además, otro de los aspectos que destacan es tu ejercicio del periodismo con una auténtica vocación cristiana.

Es que es imposible no hablar del amor de Dios. Porque está en todo lo que tocamos, lo que vemos y lo que sentimos. Está en ese misionero argentino que recoge cadáveres infectados de ébola en la puerta de su parroquia. Es que si Dios no está presente ahí… esa noticia no existiría.

Precioso testimonio de Cristina Sánchez tras recibir el VI premio Lolo de Periodismo Joven:

«El Beato Lolo me cuida desde el cielo, y me lleva adelante, lo veo cristalino»

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