Podemos imaginar que más de uno que condujo al Hijo de Dios hacia Getsemaní no sabía mucho de su persona. En verdad no sabía lo que hacía. Y eso es aquí primordial porque la Cruz de Cristo no fue comprendida por muchos.

Podemos imaginar que más de uno que condujo al Hijo de Dios hacia Getsemaní no sabía mucho de su persona. En verdad no sabía lo que hacía. Y eso es aquí primordial porque la Cruz de Cristo no fue comprendida por muchos.
Cuando se entrevista a un artista como es el caso siempre está bien conocer, en sus principios, cómo fue todo y cómo es el pensamiento de, en este caso, una pintora de Quesada. Y es que es la mejor forma de ver cómo será su porvenir.
A lo largo de las vivencias de una nación como es España hay personas que, por su virtuosismo en lo que hacen, dan grandes enseñanzas de perseverancia en el trabajo. Y el caso de los hermanos Senise Colmenero, de Jaén.
Cuando se entrevista a un pintor es lógico que se quiera conocer cómo es la pintura que entrega al mundo. Por eso, cuando Lolo entrevista a José Luis Verdes nos damos cuenta de que es un pintor de lo cotidiano más misterioso.
El análisis de la obra de Rafael Zabaleta hecho por Lolo no deja de manifestar que el pintor de Quesada estaba totalmente arraigado a su tierra y, de ninguna de las maneras, quería hacer de su pintura algo que no tuviera relación con ella. Y en eso triunfó.
Sabemos muy bien, al menos por los relatos evangélicos, lo que pasó en su Pasión Nuestro Señor. Y es que, cuando se hace ver que hoy mismo el sentido de aquello tiene vigor, se demuestra lo sobrenatural de eso que fue el inicio de toda nuestra fe.
Cuando dos personas como Manuel Lozano Garrido y Juan Sánchez Caballero se unen para poner en común lo que hoy día se llama “tormenta de ideas” se obtiene una serie de agraciadas expresiones dedicadas a Linares que son, a cada cual, más verdad y mejor certeza.
La contemplación de la Semana que llamamos Santa porque lo es y en ella acontece aquello que ha dado en salvar a la humanidad, es algo que Manuel Lozano Garrido hace y hace más que bien por su gran tino espiritual y profundo.
Resulta de lo más maravilloso leer los artículos que Lolo publicó en su día. Y es que es una forma de adentrarse en su mundo periodístico e intelectual que es, como poco, gigantesco.
El recuerdo del lugar donde uno ha pasado su, lejana infancia, llena los corazones de los ausentes y los une en una especie de hermandad de la distancia.
Lo que nos hace más altos no es la altura sino lo que más ansía Dios de nosotros que no es otra cosa que el amor como considera el Padre que es de importante.
El periodista siembra para que otros recojan la cosecha. Aquellos primeros cinco años de la sección sobre Linares fue fructífera y Lolo lo hace ver.