Una semana, así dicha, en el tiempo que comprenden siete días, puede ser vista de muchas maneras. También, por supuesto, desde el punto de vista espiritual con Cristo al fondo o, mejor, en nuestra misma cara, ahí delante.

Una semana, así dicha, en el tiempo que comprenden siete días, puede ser vista de muchas maneras. También, por supuesto, desde el punto de vista espiritual con Cristo al fondo o, mejor, en nuestra misma cara, ahí delante.
Es posible que pueda resultar interesante elucubrar sobre el calendario y las posibilidades que hay de cambiarlo según los tiempos que corran. Resulta, de todo punto, admirable que se pueda hacer eso pero, al parecer se ha hecho.
Es verdad que tratar de conocer qué se comerá algunos decenios después puede acarrear alguna que otra discrepancia cuando llegue tal tiempo. Sin embargo, Lolo, en este artículo acertó bastante.
Es cierto y verdad que lo que suponen las «máquinas» en la vida del hombre no es algo de lo que sólo se hable ahora mismo sino que en tiempos de Manuel Lozano Garrido, seguramente casi al principio de todo el desarrollo de las mismas, suponía una preocupación no pequeña por todo lo que podía implicar tal asunto.
Preguntar sobre la Felicidad, sobre su concepto y, más que nada, con lo que supone para quien recibe la pregunta es, seguro, una forma de conocer la más íntima situación de cada cual. Y es lo que pasa en este artículo-entrevista.
Verdaderamente, hay que tener un cierto conocimiento del tema de los virus como para escribir con tanta calma y tan bien del mismo como lo hace Manuel Lozano Garrido. Y es que algo tan complejo como el mismo se puede convertir en verdaderamente accesible.
Cuando Manuel Lozano Garrido escribe esta, tan, especial carta apenas le queda un año de vida. Y en sus palabras puede entreverse cierto final que debe saber a punto de llegar conociéndose como se conocía a sí mismo Lolo.
Cuando alguien tiene la pluma a la hora de escribir como la tenía Manuel Lozano Garrido es de esperar que del episodio histórico del nacimiento del Hijo de Dios salga una narración donde las circunstancias que llevaron al mismo se manifiestan en toda su alegría. Y eso es lo que aquí hace Lolo.
Ciertamente, quien ve una flor es casi seguro que no se dé cuenta de lo que la misma supone para el funcionar de la vida en la naturaleza. Pues bien, Manuel Lozano Garrido se encarga más que bien de darnos a entender lo que, en verdad, es la misma.
No hay duda alguna de que si hay un tema importante, en cuanto a lo económico, propio de la provincia de Jaén (España) es el del olivo. Y Manuel Lozano Garrido muestra el conocimiento que tiene de este tema con un artículo como éste.
Resulta de lo más maravilloso leer los artículos que Lolo publicó en su día. Y es que es una forma de adentrarse en su mundo periodístico e intelectual que es, como poco, gigantesco.
Es cierto que cuando Jesucristo, Hijo de Dios, es tomado como ejemplo de educador, nada mejor puede salir de la aplicación de su pedagogía de amor.