Los primeros momentos de la enfermedad de Lolo los va siguiendo, en Madrid, a su lado, su hermana Expectación que vivía en allí. Ella le acompaña a las consultas médicas de los primeros hospitales. Ella es testigo del avance tan rápido y doloroso de su enfermedad. Unos años después Lolo va a Lourdes como peregrino acompañado de Lucy. En este día en que Expecta por primera vez celebra su onomástica, siendo Lolo ya declarado Beato, felicitamos a Expecta recordando un testimonio suyo sobre Lolo:

Al conocer el diagnóstico del Dr. Jiménez Díaz, mi hermano Lolo decidió volverse a Linares.

Cuando fue a Lourdes vino desde Linares a Madrid, a mi casa, donde estuvo unos días descansando antes de emprender el viaje. Recuerdo que estaba tan delgado que cuando le acostábamos, como tenía las piernas dobladas y aquella cara tan desencajada y aquellas ojeras, parecía un Cristo en la cruz; como no podía tener peso en la cama tenía una mantita muy fina.

Lolo pasaba mucho frío, daba diente con diente mientras se acostaba ya que tardaba mucho. Luego Lucy le ponía unas bolsas de agua caliente para que reaccionara. Yo le insistía mucho que le pidiera a la Santísima Virgen que le pusiera bueno. Lolo no pudo hacer el viaje como todos los enfermos en vagones, él tuvo que hacerlo en un furgón de equipajes, ya que no podía moverse del sillón. Pasaba toda la noche sin acostarse.

A la vuelta, cuando fuimos a buscarle a la estación, lo primero que le pregunté es si había seguido mis consejos y había pedido por su curación. El me dijo que no, que había visto tantos casos sobre todo de niños, que no se había atrevido a pedir por él sino sólo por los demás.

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