Interior de una micro-escuela de Don Rafael de la Hoz Ardérius.
No podemos negar que Manuel Lozano Garrido, que habría ejercido de maestro si sus circunstancias no hubieran sido las que fueron, le atraían los temas relacionados con la educación. Y si, como aquí, también se aborda el caso de la vivienda del maestro… miel sobre hojuelas.
Es cierto y verdad que en tiempos de Lolo el problema de, digamos, los edificios dedicados a la educación, era una asignatura que, poco a poco, se iba aprobando pero… Sin embargo con iniciativas como las que aquí aporta era posible dar un paso muy grande hacia la educación generalizada y la ausencia de analfabetismo.
Lolo se muestra más que interesado en esto. Y es que, como decimos arriba, de haber sido otra su forma de existir, seguramente se hubiera visto afectado por algo que trata, aquí mismo, con cariño.
Publicado en la revista Cruzada, en marzo-abril de 1959
Economiza cuarenta millones en un presupuesto de ciento cuarenta.
Y ABORDA, A SU VEZ, LA VIVIENDA DEL MAESTRO
Es un hecho que el mundo afronta hoy el analfabetismo como una de sus lacras más infamantes. Por los cuatro vientos, aún en países que saltan a la civilización desde regímenes coloniales o primitivos, se proyectan remedios con un meritísimo empeño de redención. Las estadísticas son así como un parte de guerra que en sus cifras va minando el desaliento, para avivar, en cambio, el fervor que lleva al triunfo.
Sin embargo, la incultura ha cuajado unas características para las que ya no bastan las soluciones habituales, responsabilizando a todo el cuerpo social. Ahora mismo, la UNESCO ha dado a conocer un dato que no debe ser encajado negativamente, sino como un acicate más para redoblar esfuerzos y cercenar algún día estigma tan humillante: actualmente hay en el mundo 50 millones de analfabetos más que en 1929.
Cuando los tantos por ciento van recortando datos, esta reseña se nos alza como una paradoja desconcertante. Y sin embargo existe una explicación. Si en 1929 un país de 30 millones de habitantes poseía 24 millones de analfabetos -80 por ciento – y su densidad actual es de 39 millones, con 27 millones de analfabetos, la deducción lógica es la de una reducción al 69 por ciento, mientras el cómputo absoluto se habrá lucrado con tres nuevos millones. La aclaración nos devuelve otra vez el optimismo, pero ese incremento de desasistidos debe espolearnos para superar esfuerzos, enrolando iniciativas.
España, con voto favorable
La cifra más negativa que ha acusado nuestra Patria en el campo de la analfabetización se dio en 1920, con un cuarenta y tres por ciento sobrecogedor. El censo de 1950 la reducía ya a un trece por ciento y, si pensamos en los ambiciosos planes vigentes, a nuestro futuro cultural lo podemos ir contemplando con una lente saludable. Nuevas edificaciones empiezan a cimentarse en el seno de un proyecto que en el plazo de cinco años desperdigará por toda la geografía española el alegre mensaje de 25.000 lugares de enseñanza a estrenar.
La escuela y los Municipios
Pero el Plan de Construcciones Escolares no ha podido ser tocado con la varita prodigiosa de los milagros. Cantidades ingentes de dinero deben de ser barajadas, para lo que se ha tenido que acudir a las prestaciones provinciales y municipales. Cada nuevo Grupo se piensa estructurarlo con la participación económica de los respectivos ayuntamientos. Es de esta forma como, a su vez, el índice espiritual de una urbe o una aldea está ligado a sus sacrificios monetarios y a los recursos habilitados por sus gobernantes. Los núcleos urbanos de presupuesto débil tienen sobre sí el lastre de una insuficiencia de capital que cercena, con frecuencia, las mejores disposiciones. Pero como lo que mucho vale mucho cuesta, innumerables municipios están supliendo con inteligentes iniciativas lo que de ninguna manera hubiera sido posible arrancar a sus erarios. Traemos como ejemplo el caso de la Diputación zaragozana que para extirpar de raíz todo su problema había de aportar una colaboración cifrada en los 9 millones de pesetas. Un convenio con las Mutualidades Laborales ha aportado el remanente, que enjugará la Corporación en pagos escalonados.
Córdoba, noticia
En el campo de las soluciones más ingeniosas Córdoba ha dado una prueba de resonancia mundial. Rara es la fecha que las agencias periodísticas no prodigan alguna noticia vinculada a su realidad educativa. Lucena –con su “ciudad-escolar” piloto – Peñarroya, Montilla, Baena, Castro del Río, Almodóvar, Pozoblanco y toda el área difunden cada día, con sus inauguraciones, la alegre nueva del problema espiritual de sus niños en trance de resolución.
El origen de todo este movimiento tiene la fisonomía concreta de un técnico que ha sabido enquistar en el frío del cartabón y los tiralíneas el fuego de la vocación y el deseo, que es caridad, de servir con obras a los viejos amigos de Cristo. Don Rafael de la Hoz Ardérius es un diplomado a quien refrenda hoy el premio nacional de Arquitectura. El fruto de sus trabajos ha estado últimamente en Washington sobre la mesa del IV Seminario Interamericano de Educación.
El resultado de su genialidad, la “Micro-Escuela”, es un hábil proyecto, en el que se afrontan conjuntamente las incógnitas económicas, pedagógicas y de habitabilidad para el maestro. En esencia, la “Micro-Escuela” es una edificación de una sola planta hecha a medida del niño, inspirada por una actualísima idea funcional y basada en la idea tiempo-espacio de tantas repercusiones psicológicas sobre la infancia. Es evidente que el niño tiene una contabilidad especial de sus horas, más lentas y de su ambiente más amplio, que el adulto. A nosotros nos sorprende ahora la brevedad de ciertas dimensiones a las que de pequeño considerábamos ilimitadas. Todo esto tiene, no obstante, una tremenda influencia emocional en el pequeño: La “Micro-Escuela” apunta a una meta de espontaneidad y confort. El edificio se circunscribe a una planta de 14 por 7 metros y 2 de altura. Cuenta con dos aulas de 6 por 6, un vestíbulo, cuarto de estar-comedor, de aseo, cocina, elevación de aguas y un “espacio para actividades aisladas”. Cuando la acción docente concluye, la vivienda cobra toda la plena función de hogar del educador. La mesa se reduce y los armarios arrojan los elementos para el descanso en forma de tres dormitorios con dos camas cada uno. En lo educativo, la capacidad holgada es de 82 alumnos y lo que es bien importante, cada presupuesto de 140 millones supone en la innovación una economía de 40 millones.
¿Y Linares?
Nuestra ciudad con su volumen de población, incrementada a pasos gigantescos, vive hoy un angustioso problema escolar que día a día ha de ir acrecentándose. Desde aquí se dio últimamente la cifra real de un déficit de 126 escuelas. El desarrollo industrial sin un paralelo avance educativo no puede llevar sino a una elefantiasis monstruosa, a una esclavitud técnica que engrana hombres como otras tantas piezas mecánicas. El orgullo de un pueblo no está en sus rascacielos, sus factorías o sus campos deportivos sino en esa superación espiritual que parte de una población escolar cubierta y que desemboca en la vida cultural de sus hombres. A grandes necesidades, grandes recursos. La “Micro-Escuela” y la iniciativa de la Diputación aragonesa están ahí como otros tantos ejemplos de a dónde llegan los hombres cuando rigen a sus hermanos con espíritu de caridad y de servicio.
En la construcción de una Micro-Escuela se logra un ahorro del 32,50 por cien, en relación con la escuela de tipo normal.
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Manuel Lozano Garrido «Lolo«, fue beatificado el 12 de junio de 2010 y su festividad se celebra el 3 de noviembre. En vida, fue un joven de Acción Católica, mariano, eucarístico, escritor y periodista. Enfermo desde los 22, estuvo 28 años en silla de ruedas y sus 9 últimos, ciego; podríamos presentarlo como «Comunicador de alegría a los jóvenes, desde su invalidez». Llamado ya por muchos como el Santo de la Alegría.
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