Publicación original: Boletín Asociación Amigos de Lolo nº 61 de junio de 2009 con palabras de. P. Rafael Higueras Álamo, Postulador de la Causa de Canonización de Lolo (en la imagen de arriba junto a Lolo y su hermana Lucy).
El P. Rafael Higueras Álamo, de quien son las letras que traemos hoy al repaso de los números de los Boletines de la Asociación Amigos de Lolo, tuvo una relación con Lolo más que cercana los últimos años de la vida de nuestro amigo de Linares.
El caso es que, como es de esperar, estuvo más que concernido por todo el proceso de Beatificación de Lolo (y ahora el de Canonización) y por eso sus palabras son tan importantes para conocer cómo fue todo el proceso, valga la redundancia, a partir del cual Manuel Lozano Garrido fue tenido en cuenta para subir a los altares.
Y es que, en realidad, no hay nada mejor que alguien entendido explique lo que deba explicar de forma tan cercana como es el caso.
Hoy, 6 de mayo de 2.009 se cumple un año de la reunión de Cardenales y Obispos de la Congregación para las causas de los santos: el tema del Orden del día de esa fecha era el estudio del milagro atribuido a la intercesión de LOLO.
La práctica que se sigue en el Vaticano para el estudio de los milagros es la siguiente: después de que el Siervo de Dios ha sido declarado VENERABLE (es decir que su vida y virtudes son heroicas) se comienza el estudio de toda la documentación referente al posible milagro, si eses es el caso.
Lolo fue declarado VENERABLE el día 17 de diciembre de 2.007. En Roma estaba la documentación referida a un posible milagro. Se había preparado toda esa documentación en el tribunal eclesiástico de Jaén en el año 2.000. Por eso en el mes de diciembre de 2.007 se consiguió que pudiera ir a estudio del equipo médico de la propia Congregación (cinco médicos que estudian y votan el caso, más otro más que actúa como secretario)
El día 7 de enero de 2.008 se celebró tal sesión médica; el acta correspondiente se une al volumen en que se publican todos los documentos referidos al posible milagro; todo ello se entrega a los «teólogos-consultores». Este equipo de teólogos, siete en total, estudia toda la documentación, incluida la referida Acta Médica.
Lógicamente hay que preparar a imprenta esta documentación, lo que supone un tiempo que -en caso de este posible milagro atribuido a la intercesión de LOLO- fue realmente un tiempo récord.
El día 15 de febrero de 2.008 fue la sesión de los PP. Teólogos y de inmediato se publicó la «Relatio» en que se contenían las opiniones de estos siete consultores.
Hay que confesar abiertamente el proceder, lleno de prudencia, de la Iglesia en actos tan sumamente importantes cual es la declaración de una curación como «milagro» Todos los estudios antedichos pasan a la correspondiente comisión de Cardenales. En el caso de nuestro LOLO se reunió la Comisión de Cardenales, como se dice más arriba, el pasado 6 de mayo de 2.008. Pensaron los Cardenales que eran necesarias unas aclaraciones a algunos puntos técnicos tanto del procedimiento de la sesión de Teólogos, como por arte del presidente del colegio médico. No hay que ver en ello más que la exquisita prudencia de la Iglesia en todo lo referente a algo tan trascendental como es declarar la intervención de Dios de modo extraordinario en una curación.
La verdad que puedo decir en cuanto que soy Postulador de la Causa de Canonización de LOLO es -y así me lo aseguraban en la Congregación Vaticana- es que cuando se produce esta situación en otros casos, al menos hay un año de dilación.
Os puedo asegurar por mi parte, que efectivamente ha sido un año lo que ha transcurrido en esas declaraciones en que el Postulador debe aportar los datos que se requieran, para los nuevos dictámenes que hayan de producirse a causa de la petición de los Cardenales, así como ir conjuntando y reelaborando las conclusiones que de tales dictámenes se había de ir extrayendo. ¡Cómo he acudido en mi oración a LOLO en estos doce meses!
En los catorce años en que, calladamente, se ha llevado la Causa de LOLO (vida y virtudes heroicas antes, y luego el Proceso sobre «milagro»), sin duda que este año último ha sido realmente el más duro y difícil. Las visitas que yo debía hacer para entrevistarme con el presidente médico, o el Promotor de la fe, y los teólogos, o con el Rvdmo. Arzobispo-Secretario o con el Mons. Subsecretario de la Congregación, y las correspondientes redacciones de todos los escritos que, a lo largo de este «año intermedio», se han tenido que confeccionar a la vista de los diversos y nuevos dictámenes que se iban produciendo, a veces daban la impresión de una montaña insuperable. Pero, el fin, en este pasado mes de marzo parece que ya todo esto ha quedado concluido. Ahora se espera señalamiento de fecha para la nueva sesión de Cardenales que definitivamente den su voto Y si tal voto, Dios lo quiera, es favorable, todo ello pasará al Santo Padre que, libremente, puede resolver: aprobar, rechazar o pedir más aclaraciones.
He querido comentar todo esto porque muchas veces -testigos de ello son los miembros directivos de nuestra Asociación, cuya eficacia, fuerza y tesón son dignas de todo elogio- yo llegaba a pensar si había que abandonar el proyecto porque LOLO, en su humildad proverbial fuera él mismo quien quisiera que no se llegara a la meta propuesta.
Ahora me queda deciros a todos los amigos de LOLO: recemos insistentemente en este tramo final del Proceso de Canonización. ¡LOLO es una figura maravillosa…! No estamos buscando un «homenaje» a él, sino que deseamos proponer el espejo y ejemplo de su vida para tantos como somos los que podemos aprender de él: de su vida y virtudes realmente heroicas y modélicas para la Iglesia y la sociedad de hoy.