Este texto es bien curioso porque lo firman, al alimón, Manuel Lozano Garrido
Y Juan Sánchez Caballero (a la sazón historiador y cronista de Linares) lo cual no suele ser lo común en aquellos que publicó el periodista santo de Linares.
Como hay muchas ciudades que tienen una frase que las identifica y, así, las hace más fácil el ser identificadas, nuestros autores procuran una serie de ellas para ver si hay acuerdo general en que alguna defina a Linares y lo haga acertadamente.
Es cierto y verdad que tanto un autor, Lolo, como otro, Sánchez Caballero, ponen de su parte todo su conocimiento y todo su ingenio y nos ofrecen muchas formas de definir a Linares. Y cada una de ellas podría servir para tal caso.
Publicado en el diario “Jaén”.
“Brille así vuestra luz entre los hombres” (Mt. 5, 16).
Raro es el pueblo, ciudad o villa en esta piel de toro que es España al que una voz ignominada no le haya aplicado un refranillo o frase hecha que pretendiendo peyorativamente destacar más sus defectos que sus virtudes, tome carta de naturaleza, se enraíce en los aledaños y pase a la pequeña historia de una población a modo de sambenito.
Fernando Diaz-Plaja ha dicho y con razón documentada que la honorabilidad de un pueblo depende muchas veces del consonante. Y es verdad: Nacido casi siempre en la tertulia jacarandosa o la covacha del resentido, el verso se hace ripio y, hecho refrán, toma carta de naturaleza expandiéndose por todos los vientos.
Por el contrario y con escasas excepciones –Benidorm, catapultado por su alcalde a una empresa audaz y victoriosa; la “Costa del Sol” promocionada por esta frase afortunada gracias al ímpetu de un giennense joven; y Úbeda, convocando tras el mismo fin un concurso de frases turísticas que exalten su riqueza monumental- no se ha sabido contrarrestar al maléfico vate buscando otra fase definitoria que pueda servir de atractivo y propaganda al forastero que, recordando el tópico refrán, se aleja de nuestros pueblos al paso por la carretera que los atraviesa… “por si aquello que ha oído decir es cierto”.
Estas cuartillas pretenden someter al veredicto del lector unos cuantos slogans que nacidos en el silencio y la quietud y meditados con amor a la ciudad que los vio nacer, escribieran y comentaran dos hijos de la tierra bajo el común deseo de que, debidamente seleccionados, pueda alguno de ellos servir de invitación a visitar Linares a través de un cartel y una frase que defina sus valores.
He aquí nuestros “slogans” y sus “por qué”:
Minas de plomo de Linares plata para las manos de Andrés Segovia
Cuando se habla de nuestras minas es creencia, muy extendida en profanos y ajenos a la materia, el que sólo es plomo lo que sale de sus entrañas. Se ignora por el contrario que no es sólo este dúctil y blando metal el que potencia nuestra riqueza sino también esa apreciable porción de plata que un linarense universal captó con sus dedos suaves y misteriosos “guitarreándola” para su arte.
También dentro de España Linares “es diferente”
A caballo entre Castilla y Andalucía, Linares cabalga tras su destino en constante singladura queriendo ser fiel al cantar y a la palabra de García Sanchís que lo definen como “Balcón de Sierra Morena” y “Reja de Andalucía”.
Linares, ¿es andaluz o manchego? ¿Alegre y bullicioso o meditativo y hondo? ¿Ciudad de ayer o de siglos?
Alzándonos con sus valores y abriendo brecha en el silencio, muchas veces confabulado que la rodea, nuestra ciudad Linares, “es diferente”.
Linares: Un cielo que guarda la sonrisa que enamoró a Aníbal
Se dice que el paisaje, la orografía modela calladamente al hombre en lucha de la naturaleza que se siente dominada por él. En la montaña la mujer tiene ojos claros como los vientos que la envuelven; en el valle o la llanura son profundos como las aguas de un lago. Arriba, en las cumbres la mujer se halla sensibilizada en su espíritu por mil aromas y lontananzas mientras borda por mil caminos, como Ariadna, sus sueños de amor y juventud; en la campiña y el llano ella espera silenciosa mientras teje, como Penélope, esperando la arribada del amado. Los pueblos son pues, como los moldearon sus mujeres y siempre hay una de ellas en su historia que haga de prototipo. En este caso Himilce.
Linares, donde nunca se pone el sol de la cordialidad
Dice un viejo cantar que
“Todo aquel que va a Linares/ y bebe agua del Pisar/ olvida a su padre y madre/ y a su tierra no va más”.
Con lo que el desconocido vate ha querido simbolizar en las aguas que antaño calmaran la sed de Anibal o Escipión el africano, ese hechizo de la ciudad minera que sabe retener y conquistar para su afán cotidiano a cuantos a ella acuden con el corazón abierto.
Linares: Nombre que se hace de lirios nardos y esperanza
“Los lirios son la esperanza”, canta García Lorca en labios de Doña Rosita, la soltera. El lirio de nuestros patios pudiera ser el símbolo de la ciudad que en su dolor constante está siempre a la espera, en la brecha, en el camino.
Y el nardo. Esa flor pequeña y delicada que huele a pecho de mujer y que en las tardes de agosto se nos ofrece camino de los toros o de la feria como un presente o como un recuerdo.
Linares, donde el sol es más sol saliendo de la mina
La fina observación de un visitante nos ha dicho que la luz de agosto en Linares se vuelve dorada y en primavera, de plata, compensando así la ausencia de esa cal que invade los pueblos andaluces.
Quizás hallemos aquí el origen de esa luz que a veces nos deslumbra en el reverbero de nuestras calles: en la piedra granítica donde se engarzan minúsculas partículas de plomo y plata extraída de nuestras entrañas geológicas.
Linares, una gran palma tendida en amistad
Existe en España una inquieta y laboriosa profesión que en su trajinar constante hace de nuestra tierra cuna, remanso y alto en el camino. Nos referimos a los “viajantes” o Agentes Comerciales.
Y es que la nostalgia del hogar lejano, de la esposa amada, de los hijos queridos, invade su espíritu de soledad y ausencias. Soledad y ausencias que se atenúan en nuestras calles, casas, oficinas e incluso en la “barra” de un bar cualquiera con la amistad de un hombre que se acerca al forastero ofreciéndosela en la palma de su mano.
Linares: Los pies “bailaores” de Sierra Morena. Linares, donde cada guitarra acuña un duende.
Sierra Morena es nombre de mujer. Asomada a la Mancha andariega, su corazón está en La Carolina, la ciudad hermana en el dolor y la esperanza, y sus pies se posan aquí en Linares, en nuestras “Ocho Puertas”, en las calles y barrios como “Los riscos”, “La jara”, “El Romero”, La Fuente del Pisar y “Arrayanes” y “Los andaluces”.
Linares, donde la vida ya es monumento nacional
La historia de Linares, como lugar, villa o ciudad, se halla trenzada de vitalidad. Vitalidad fecunda y persistente que resiste embates y vence confabulados silencios.
Aquí siempre hay alguna luz lejana. Una cosa por acabar. Una ilusión que nos enardece. Una batalla que vencer.
¿No es vida todo esto? ¿Pero vida con mayúscula?
Linares, la gracia a pares. Linares: una pena en el corazón y un beso de luz en la frente. Linares, medio día de primavera siempre de Linares, con “souvenir” de salero.
¿Hay quien dé más, amigo? Pues…
¡A Linares, con seguro de gracia y sol!
Manuel Lozano Garrido y Juan Sánchez Caballero
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Manuel Lozano Garrido «Lolo«, fue beatificado el 12 de junio de 2010 y su festividad se celebra el 3 de noviembre. En vida, fue un joven de Acción Católica, mariano, eucarístico, escritor y periodista. Enfermo desde los 22, estuvo 28 años en silla de ruedas y sus 9 últimos, ciego; podríamos presentarlo como «Comunicador de alegría a los jóvenes, desde su invalidez». Llamado ya por muchos como el Santo de la Alegría.
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