En este artículo vamos a traer dos imágenes que, realidad, son una sola (la de arriba se completa con la de abajo) pero que nos permite acercarnos a una parte de la doliente anatomía de Lolo. Son, exactamente, los pies.
“Nos liamos la manta a la cabeza y hemos liquidado las zapatillas y el bastón”.
Esto lo escribe Lolo cuando, después de 19 años, tiran (él y Lucy) unas zapatillas con la tristeza, para ellas, de no haber cumplido su misión.
El caso es que los pies de Lolo, ciertamente, no pisaron el suelo durante muchos años aún siendo, como era, persona que tanto “recorrió”…
En todo caso, para nosotros los pies de Lolo, esos que se retuercen en el sillón de ruedas, son la manifestación más evidente de la fuerza de voluntad y del espíritu firme y fiel.
Imaginemos que esta imagen está tomada después de que fueran echadas a la basura las zapatillas de las que arriba habla Lolo. En realidad, cualquiera podría pensar que le servían de poco y por eso la tristeza de tal par de utensilios que, en realidad, no lo fueron nunca. Pero Lolo reconoce así su doliente y sufriente realidad.
Pero los pies de nuestro amigo volaron muchas veces por el mundo de una manera, seguramente, más especial que si lo hubieran hecho de verdad, tocando suelo y yendo de un lado para el otro.
Los pies de Lolo revolucionaron la ciencia del caminar porque, sin dar un solo paso fueron aquí y allí y nos trajeron a sus lectores las noticias que, de otra forma, pudiera que nunca hubiéramos conocido nunca,
Los pies de Lolo no quisieron quedarse ahí, en el sillón de ruedas sino que, con el espíritu trabajaron muy duro para que su poseedor estuviera al cabo de la calle de la realidad misma de una forma que fue, verdaderamente, insuperable,
Los pies de Lolo, en su retorcerse, retorcieron también las posibilidades infinitas de la voluntad y la perseverancia y batieron el récord de lo imposible para ser fieles al resto de su cuerpo,
Los pies de Lolo, ahí los pueden ver muy de cerca, se juntaron para nunca dejar desamparado a Manuel, para estar siempre en apretura con su dolor y su sufrimiento,
Los pies de Lolo son exacto ejemplo de lo que se puede hacer sin ellos pero con la colaboración permanente de su ser,
Los pies de Lolo, seguros estamos, guardaban recuerdo de cuando cumplieron la función para la que están puestos ahí por Dios,
Los pies de Lolo convirtieron en virtud lo que pudiera parecer ineficaz o, como diría el mismo Manuel, inútil,
Los pies de Lolo nos llaman a cumplir con la Voluntad de Dios por muy áspera que nos pueda parecer,
Los pies de Lolo son los propios de alguien que sin hacer uso de ellos durante mucho tiempo supo muy bien lo que significaba tenerlos, ahí, como testimonio de la fidelidad y del amor,
Los pies de Lolo, por decirlo pronto, también gozaron de la fama de santidad de Manuel pues parte de su cuerpo eran,
Los pies de Lolo… esos que inmóviles nos dicen tanto, sirven muy bien para que, sobre ellos, tracemos el camino que lleva al Cielo donde, por cierto, tanto uso les debe estar dando el Beato de Linares (Jaén, España)
Los pies de Lolo, los pies de Lolo… ¡tanto con parecer tan poco!
Gracias, también, a vosotros, por haber llevado a Lolo, a saltos, al Cielo.
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Licenciado en Derecho, casado y con dos hijos. Amigo de Lolo y bloguero en defensa de la fe.