Este número es especial porque enmarca un tiempo más que recomendable como es la primavera.

“¿Verdad que nunca estamos más cerca de Dios que cuando sufrimos?”

Esto lo pregunta el Director de “Sinaí” en el editorial de este número doble (el 117-118) que corresponde a los meses de abril y mayo de 1971. Y lo hace porque habla del mes de mayo, al que se considera el de las flores y, claro, el de la alegría de que todo vuelve a despertar y la naturaleza se muestra esplendorosa. Y, claro, diera la impresión de que el sufrimiento es tan contrario a la alegría que nada tenga que ver con la primavera y lo que supone tal resurgir.

Sin embargo, como quien esto escribe tiene las cosas muy claras acerca del sufrimiento y de su sentido salvador si se entiende el mismo, no hay que hacer “caso de agoreros presagios, esos oficios de la desconfianza, de la impaciencia, que os asalte. El Señor está con vosotros.”

Y por si eso no fuera ya suficiente:

“Y su Madre escuchará vuestras súplicas en este mes de las flores, el mes de María, si acudís a Ella con la pureza y candor del capullo recién abierto.”

Y como en otras ocasiones demuestra Lolo el amor que siente por la naturaleza (¡Sus textos acerca de Tíscar!) este número de “Sinaí” nos trae un artículo de título “Nuestro amigo el árbol” en el que nos habla de, eso, del árbol.

El caso es que se refiere a la “riqueza del bosque”, a los “inmensos beneficios” que nos ofrece el árbol, a lo que supone la “peligrosa contaminación” y, en fin, lo que supone el bosque como “cortina silenciosa” de amortiguación del ruido que se pueda producir cerca de donde está el mismo.

Y es que, como nos dice él mismo, el árbol es “olvidado, maltratado, devuelve bien por mal.”

Pero hay algo que nos llama la atención en este número. Y es que hay un boletín para solicitar la inscripción en “Sinaí”. Y nos la llama porque se supone que se quiere inscribir el “enfermo de larga duración” porque quiere, a través de tal inscripción, quiere “vivir en comunión  con todos los que sufren y ofrecen por la misión evangelizadora de la Iglesia.” Y, además, se ofrece la posibilidad (porque es voluntario) de dar relación de su enfermedad o del estado de invalidez en el que se encuentra el que quiere suscribirse a “Sinaí”…

De todas formas, es esta revista hay algo que es terrible lo miremos por donde lo miremos. Y es que se nos informa de la realidad según la cual en Hispanoamérica es posible “comprar” niños por 1.500 dólares que, sin duda, era una cantidad notable entonces pero eso no dice nada a favor de quien llevara a cabo tales prácticas que, como podemos, imaginar, no era precisamente la madre sino las personas que como, médicos y personal sanitario implicado, hacían ver a la madre que el niño había nacido muerto para luego proceder a venderlo…

Y como ya hemos podido constar en otros muchos números de “Sinaí” lo que ha de pasar en el futuro es de mucho interés para el Director de la revista. Y en el número de hoy lo que corresponde hacer notar es que hay un “pan del futuro” que no es como decir algo así como en el año 2000 (al que se referencia expresa) aparecerá un nuevo tipo de pan sino que será, nada más y nada menos, que el “alga” quien tenga los principales puntos para ser el pan del mañana o como aquí se dice, del “futuro”.

Al parecer se estaba investigando en Alemania acerca de poder producir algas, digamos, de forma industrial, que fueran comestible y que pudieran aportarse a la dieta actual. Y, aunque entonces aún no se llegó a conseguirlo, Lolo estaría feliz de ver que hoy día, el negocio del “alga” comestible goza de buena salud…

Y como nunca puede faltar en “Sinaí” la sección correspondiente a “Iglesia, punto, raya” aquí la tenemos otra y gozosa vez:

“ROMA.- En una declaración difundida por Radio Europa número 1, Pablo VI afirma que ‘toda vida humana debe ser absolutamente respetada. De igual forma que el aborto, la eutanasia es un homicidio’.

ESTADOS UNIDOS .- Nueve religiosas de la Escuela de San Raimundo, en Detroit (Michigan), dimiten como profesoras, porque los padres de los niños se oponen a la enseñanza de la integración racial.

‘Dimitimos -dice la Hna. Directora- por no poder enseñar a los niños a amar a otros niños de raza negra dentro de una convivencia social’.

El padre de familia que habló en representación de los demás, alegó en defensa de su actitud segregacionista, que ‘el día en que un negro venga a vivir a nuestro vecindario, el precio de las propiedades caería por los suelos’.

ESPAÑA.- Por disposición del prelado de la diócesis, el palacio episcopal de Lérida será convertido en Museo diocesano, no de los más importantes de España en imaginería románica. El obispo vive, desde su toma de posesión, en la residencia sacerdotal.”

Y, aunque la última noticia seguramente hoy chirriaría mucho con eso de la “inclusión social” y todo eso, en aquel tiempo les pareció bien crear un pueblo donde pudiesen vivir hasta 400 personas “gravemente impedidas y en donde pueden vivir y trabajar en una sociedad creada especialmente para ellos, en donde pueden ser como cada cual y mantener en alto su espíritu y amor a la vida”.

En realidad, todo surgió en Holanda donde a partir de un programa de televisión donde se recaudó seis millones de Dólares para la construcción de “Het Dorp”, así dicho, “El Pueblo” para que las personas que padecían una serie de sufrimientos que los convertían en, lenguaje de entonces, “inválidos”, pudiesen vivir en el mismo el resto de su vida. Y lo consiguieron pues ocho años después de aquella recaudación en 1962) la Reina Juliana inauguró oficialmente “El Pueblo” aunque desde tiempo atrás ya vivían allí algunas personas.

Y ¡qué quieren que les digamos!, a nosotros nos parece la mar de bien que entonces se pudiera llevar a cabo, sin complejos ni nada por el estilo, una iniciativa tal cual fue aquella.

 

(Continuará)

 

Puedes leer todos los artículos de la serie Lourdes-Sinaí-Lolo en este enlace

 

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